Las primeras sesiones de la temporada van viendo la luz. En este post os enseñamos esta preboda en el cantábrico, la de Tamara y Sergio, que realizamos la pasada primavera, y vamos a aprovechar este post para explicaros el porqué de este tipo de sesión.

En primer lugar, ¿qué es una sesión preboda? Pues se trata de una sesión que se realiza con anterioridad a la boda, vestidos de calle, y que tiene varios objetivos, a destacar:

Conocernos mejor delante y detrás de las cámaras: la confianza y la comodidad de cara al día de la boda son unos de los factores que nos van a permitir capturar todos esos momentos que van a ir surgiendo a lo largo de todo el día. Por eso, la sesión preboda es el perfecto campo de pruebas. Así sabréis como trabajamos de primera mano (mejor vivirlo a esperar a que te lo cuenten!).
Para favorecer que estéis cómodos durante la sesión, es importante la elección del lugar. Además, según el lugar que elijáis para la preboda, nos va a contar cosas sobre vosotros, sobre vuestra historia.
Preparar una rutina para el día de la boda, es decir, nos permite organizar como va a ser la sesión en pareja, qué esperamos de ella y cómo vamos a trabajar, para que el día de la boda todo sea mucho más rápido y podáis disfrutar del aperitivo.
Tener un montón de fotos bonitas en pareja, porque no nos engañemos, es una de las tareas pendientes de casi todas las parejas.
Y por último, y no por ello menos importante, disfrutar el momento, disfrutar el uno del otro y del entorno que habéis escogido. Porque no debemos olvidar que el principal objetivo de la sesión es que estéis cómodos.

Por todo esto, la sesión preboda es uno de los extras que, sin ser obligatoria, si que es muy recomendable.

Así empieza su historia, ¿quiéres que contemos la tuya?